Las proteínas normalmente ayudan a la reparación del tejido. También previenen la acumulación de grasa y daño a las células hepáticas.
En personas con hígados muy dañados, las proteínas no se procesan apropiadamente y los productos residuales se pueden acumular y afectar el cerebro.
Los cambios en la dieta para la enfermedad hepática pueden abarcar:
La enfermedad hepática puede afectar la absorción de alimentos y la producción de proteínas y vitaminas; por lo tanto, su dieta puede influir en su peso, apetito y en las cantidades de vitaminas presentes en su cuerpo. No limite demasiado la proteína, debido a que puede causar deficiencias de ciertos aminoácidos.
Los cambios que necesitará hacer dependen de qué tan bien esté funcionando su hígado. Hable con el médico sobre el mejor tipo de alimentación en su caso para que obtenga la cantidad apropiada de nutrición.
Las recomendaciones generales para pacientes con enfermedad hepática grave abarcan:
MUESTRA DE MENÚ
La mayoría de las veces, usted no tiene que evitar alimentos específicos.
Si tiene inquietudes con respecto a la dieta o los síntomas, consulte con el médico.
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